La entrada se realiza por el centro del inmueble donde nuestro arquitecto propone la eliminación de las compartimentaciones existentes de la zona día.
Se crea así una única sala estar-comedor-cocina para aprovechar la fachada de mayor longitud y está orientada a sur de forma que obtenemos máxima sensación de amplitud articulando los diferentes espacios, creando diagonales visuales largas y potenciando las entradas de luz natural a lo largo de todo el día.
La eliminación de los tabiques y barreras permite el efecto repetición de las ventanas que aumenta la sensación de amplitud reforzada al cambiar la puerta de acceso al dormitorio que habitualmente abierta permite ver la ventana de la habitación manteniendo no obstante su privacidad. Esta visual de toda la vivienda, de extremo a extremo, reforzada por la repetición de sus ventanas y luz natural proporciona la máxima sensación de amplitud.
Nuestro diseño ha trabajado mucho en el interior tanto con los materiales naturales y las texturas como con los volúmenes, siempre combinando los elementos originales ya previamente existentes que resultaban de interés con otros más contemporáneos.
Nuestro arquitecto logra el equilibrio entre tradición y modernidad, a veces sin un claro contraste entre los elementos originales y la intervención, pero evitando caer en el mimetismo.
El resultado es una vivienda de esencia mediterránea que respira una atemporalidad multicultural donde los acogedores espacios logrados nos hablan de la historia y vivencias de sus propietarios.